En este mes que hay calabazas por doquier, hay que aprovechar todas las recetas que podamos hacer con esta gran hortaliza. Un cupcake de calabaza y jengibre es una gran delicia para disfrutar de esta verdura y llenarnos de nutrientes para enfrentar el invierno.
Estos cupcake están hechos con harina de trigo sarraceno o alforfón. Es un grano rico en hidratos de carbono complejos y fibra. Aporta muchas proteínas, magnesio, potasio y fósforo pero además también tiene propiedades antioxidantes lo que lo hace destacar ante otros cereles.
Cara de calabaza en Mandarinas
El color de la calabaza, y de todos las verduras y frutas de color amarillo naranja son debido a su gran cantidad en betacarotenos, os dejo aquí el link de otras recetas donde os explico las grandes propiedades que tienen.
En América y en otras partes del mundo la calabaza no se usa sólo para comer, también se hacen instrumentos musicales con esta verdura disecada.
Fueron los colonizadores los que importaron a Europa este fantástico alimento después de aprender a través de los indígenas como era su cultivo pudiéndolo adaptar a la temperatura europea.
La calabaza es el símbolo actual de la tradición de muchos pueblos. Tradicionalmente se utiliza para hacer linternas de Halloween, con calabazas vacías que se tallan en forma de máscara.
En Argentina hay un tipo de calabaza que se utiliza como contenedor para consumir mate, una infusión muy común desde antaño. Se usan calabazas alargadas de pequeño tamaño que resisten muy bien a esta infusión caliente de una hierba típica de aquella zona. Las hay embellecidas con plata inclusive o alpaca.
En otras partes también se utilizaba para guardar vino, en la historia reciente fue uno de los elementos que formaba parte de los equipos de los peregrinos del camino de Santiago.
180 g de harina de trigo sarraceno.
140 g de azúcar mascabado.
60 g de aceite de semillas.
250 g de calabaza horneada.
3 huevos.
1 c canela.
1 c Jengibre
1 c de la esencia de vainilla
1/2 c de polvo de hornear.
1 pizca de sal.
1/2 cdita de pimienta.
1/2 taza de calabaza.
1/4 de taza de Crème fraîche (nata más compacta y con un toque ácido)
Canela a gusto
60 g de azúcar mascabado.
Pre calentar el horno a 160°.
Lavar la calabaza por fuera y partirle a la mitad. Retirarle las semillas. Colocar en una fuente para horno con papel para hornear. Cocinarla durante 45 minutos, dejar enfriar.
Separamos las claras de de las semanas y reservamos.
En un bol montar las claras con una pizca de sal para que sea más fácil. Reservar.
Con la ayuda de una batidora mezclar los huevos y el azúcar. Poco a poco iré incorporando el aceite hasta que esté blanqueada (Hasta que quede más blanca).
Agregar media taza de calabaza sin la piel, no hace falta pisarla ya que al cocerse con su propiedad por ha quedado como un puré, en caso de que no sea así pasar la por la procesadora. Integrarlo todo muy bien
En otro bol poner la harina, el polvo de hornear, Las especias, la sal y la pimienta.
Tamizada nada sobre la mezcla de los huevos poco a poco y batiendo constantemente hasta que se haya integrado todo bien, no tienes que quedar ningún grumo.
Vertemos la masa con la ayuda de una cuchara servidora de helados. Rinde aproximadamente como 9 cupcakes.
Horneamos durante 35′ Y con la prueba del palillo o con algo punzante comprobamos que esté totalmente cocinado. Si salen grumos en el palo es que aún está cruda y necesita unos minutitos más. Cada horno es diferente. Reservamos hasta que se enfríen.
En un bol mezclar la crema y la calabaza, agregar poco a poco azúcar A gusto y canela. Una vez esté bien integrada y sin grumos colocamos la crema en una manga pastelera con una punta Y diseñamos a nuestro gusto..
Conservar en la nevera.
A disfrutar